MACRO
Crecimiento: La recuperación post-pandemia sigue incompleta y despareja. El PBI global está 2% por debajo de su nivel pre-crisis, con el sector servicios y las economías emergentes peor que las desarrolladas que están lideradas por los EEUU, China y Japón. Europa está rezagada pues los nuevos contagios complican la reapertura. El crecimiento en los EEUU fue consecuencia del fuerte gasto de los consumidores (1.3% de suba en octubre). Los hogares continúan comprando con ahorros acumulados, vía tarjetas de crédito y mayores ingresos. Esto a pesar de que la confianza del consumidor está a la baja por la mayor inflación.
Inflación: Problemas de suministro están llevando la inflación global al 5% este año y ahora están afectando la producción y la demanda, aunque la presión está disminuyendo. A esta altura no está claro si la actual ola de Covid y la aparición de la variante Omicron será inflacionaria o deflacionaria. La caída de precios de la energía será inicialmente deflacionaria (proveyó un tercio de la inflación de octubre). Sin embargo, dada la intención china de mantener su rígida política de cero-Covid, la variante Omicron puede agregar presión inflacionaria al exacerbar la cadena de suministros ya sobre-exigida.
Políticas: A pesar del aumento en la inflación, los bancos centrales y las autoridades fiscales mantienen políticas expansivas, ya que temen de actuar antes de tiempo. Las tasas reales de interés son negativas, incluso la de los bonos de gobierno de EEUU que ajustan por inflación.
Las notas de la reunión de la Fed muestran aumento en la preocupación porque las presiones indeseadas sobre los precios duren más de lo anticipado y sugieren que la reducción de compra de bonos se apure – o hasta que se suba las tasas antes – para asegurar que la inflación no se salga de cauce. El día 30.11., J. Powell anunció cambios en el lenguaje y aceleración en el proceso de reducción de compra de bonos.
MERCADOS
La suba por reactivación, aumentada por el alto gasto del consumidor, inflación y suba de intereses se frenó abruptamente hacia fin de mes por el aumento de infecciones en Alemania y otros países de Europa Central y la aparición de la variante Omicron (más contagiosa que la Delta). Las afirmaciones de J. Powell sobre “inflación temporaria”, “economía fuerte” y “aceleración del proceso de reducción de compra de bonos” espantó a los mercados justo en un momento de alta incertidumbre y alimentó una nueva liquidación de activos de riesgo, aplanando la curva de rendimiento y aversión de riesgo.
Noviembre mostró retornos negativos para bolsas en la mayoría de las regiones, con los mercados emergentes mostrando el peor desempeño (-4.1%). Las acciones de EEUU cayeron 0.7%. Los bonos gubernamentales de países desarrollados fueron la única clase de activos que mostró retornos positivos (UST y Bunds a 10 años +1.1% y +2.2% respectivamente). Tecnología fue el único sector global de acciones que subió (+2.5%). Para las monedas del G-10, solo el Yen se revaluó contra el USD (0.7%). El petróleo cayó 20%. Luego de las noticias sobre la nueva variante Covid, los índices de confianza se deterioraron. La volatilidad subió, con el índice VIX tocando 27.2%.
CARTERA
No hubo cambios significativos.
PERSPECTIVA
Anticipamos que la economía global seguirá creciendo en el 2022 a medida que el freno de los contagios y suministros disminuye, apoyado por más vacunación y normalización del ahorro familiar. A corto plazo, el crecimiento favorecerá a Asia y EEUU por encima de Europa. Para los mercados, es probable que Omicron genere un impacto a corto plazo tal como hizo Delta en julio – no algo prolongado como fue en marzo de 2020 cuando se inició oficialmente la pandemia. Seguimos positivos y mantenemos la exposición a acciones de países desarrollados, con foco en EEUU y grandes compañías tecnológicas. En crédito, seguimos favoreciendo el alto rendimiento de EEUU.